La noche en que nos conocimos
yo empecé a perder
la cerilla explotó
y me quemó los dedos
manché mi blusa con el vino
olvidé por completo el nombre
del mes y del día.
Tanta turbación
sólo podía ser la prueba
de un deseo muy grande
tan grande
que ni tú misma
podías satisfacer.
Cristina Peri Rossi.